Jueves 26 de
Julio, 2012.
El gran
maestro tibetano, Dilgo Khyentse Rinpoche (1910-1991), comúnmente enseñaba como
usar la crítica como método para mejorarse a uno mismo en lugar de sentir que
lastimaron a nuestra auto estima.
“Cuando te
critiquen, acéptalo como una oportunidad para reconocer tus fallas ocultas e
incrementar tu humildad. La crítica es
como un maestro, destruye el apego y el orgullo. Si lo integras al camino, las palabras
ásperas y la culpa inspirarán tu práctica y fortalecerán tu disciplina. ¿Cómo, entonces, puedes más que desear
pagarle con bondad a aquel que te ha criticado?
La felicidad
y el sufrimiento que vienen del halago y de la crítica son efímeros. Cuando te ofrecen un cumplido, en lugar de
sentir orgullo, simplemente considera el halago como algo que escucharías en un
sueño o una fantasía. Repítete a tí
mismo que el objeto del halago no eres tú sino las buenas cualidades que
pudiste haber desarrollado a través de la práctica espiritual. En realidad solo los seres sublimes que han
obtenido la liberación son merecedores de halagos.
Sin embargo,
nos entusiasmamos cuando somos halagados, aún y cuando se nos atribuyen
cualidades que no poseemos. Como dice el
dicho ‘aquellos que siempre están de acuerdo con nosotros nos hacen sentirnos
bien pero no nos ayudan en el desarrollo de nuestras cualidades espirituales.’ Aquellos que nos hacen notar nuestras faltas
y nos enseñan como manejarlas son los que realmente nos ayudan. Es mediante el constante martilleo y fusión
que se puede refinar el oro. De la misma
manera, el continuamente reconocer nuestras propias fallas y siguiendo las
instrucciones de un verdadero maestro es como seremos capaces de transformar
nuestras debilidades y cualidades negativas en herramientas para el camino a la
liberación.
Cuando un
agitador es identificado y aprehendido, la paz regresa al pueblo. De similar manera, cuando nuestras fallas son
reveladas por un maestro verdaderamente compasivo, permitiéndonos reconocerlas
y erradicarlas, la paz regresa a nuestro ser.
Un verdadero maestro espiritual habla francamente dando en el blanco de
nuestras fallas para luego así, guiarnos en el camino correcto.”