30.04.2010
Hace aproximadamente doce años, decidí cambiar mi vida, mi forma de vivir, ya me llego la necesidad de pensar que iba hacer con mi vida…
Por necesidad me inicie en unos grupos espirituales de ayuda y allí encontré mi paz, mi nueva forma de vivir, desde la alegría de hacerlo, iban pasando los días y cada uno de ellos era distinto del anterior, mejoraba día a día mi calidad de vida, era tener otra forma de sentir, de hacer… nada había cambiado, pero había cambiado todo, porque yo estaba en otra forma de sentir lo que ocurría, … era otra forma de vivir, desde la aceptación y haciendo cada uno de los días lo que tocaba hacer desde el agradecimiento… yo si estaba cambiando…
Llego un día en el que me di cuenta de todo lo que había hecho el Universo, El Amor Universal ó El Santo Padre, Dios, por mí, como había estado en sus cuidados y de todo lo que había salido en el que hacer de mi vida anterior, supe que estaba vivo para algo, que mi vida tenía un sentido, y que todo había pasado por causalidad, porque así tenía que ser…
Este fue el momento en que me ofrecí, si me ofrecí, me puse en disposición, me arrodille, porque así lo sentí, y me ofrecí a dar todo aquello que había recibido… en la ayuda a los demás, a todo aquel que mi experiencia le pudiera ser necesaria, a todo aquel que tuviera las necesidades que yo tuve en mi día de cambiar, de vivir de otra manera, con otro sentimiento y desde la positividad…
A partir de este momento y en el transcurso del tiempo mi crecimiento en el Amor incondicional fue en aumento, vivía y vivo con mi mano extendida, siempre atento al que hacer de cada día y a quien poder ayudar…
Viviendo de este modo, cuando salgo de mí, de pensar solo en mí, y dedico mi vida a todo aquel que pueda necesitar consuelo o ayuda, mi vida experimenta un cambio mayor… la tranquilidad, la paz, la sensibilidad… en definitiva mi felicidad, la forma de sentirla, cambian. Sin olvidar todos los días por hacer algo en beneficio de ellas, porque la paz, la tranquilidad, mi sensibilidad, mi felicidad no son un regalo, todos los días tengo que hacer aquello que me lleva a esta forma de vivir y sentir…
Pasan los días, el tiempo, y suceden aquellas cosas que mi vida depara para mí, como a todos, y que en definitiva yo genero, lo importante es la forma de vivirlas, las enfermedades que tuve, todas aquellas cosas que pasaron en todas las facetas de mi vida, la emocional, económica, física y la más importante en mi nuevo sentir de mi Alma, en mi espiritualidad que iba creciendo…
Yo siempre decía, en cada una de mis enfermedades, de mis situaciones especiales, “me están parando”… no sé si entendía bien el significado de estas palabras pero así fluían, hasta que llego la más fuerte, según mi criterio, tuve un tratamiento agresivo de radio y quimioterapia y ahí me sucedió algo, la pregunta que imagino muchos de nosotros nos hicimos algún día… sentí “todo aquello que había dejado de hacer en mi vida”... más que lo que había hecho bien o mal, todo lo que no había vivido y de qué forma había vivido…
Sabéis de nuevo, El Amor Universal, mi Dios, mis compañeros del Alma, estuvieron a mi lado, me dieron las fuerzas y la aceptación de saber que me iba a curar, que así lo tenía que desear y que no dejara de hacer nada en mi vida cotidiana de lo que tenía que hacer, la enfermedad, por sí misma, ya me pararía si tenía que hacerlo…
Han transcurrido más de tres años desde que termine el tratamiento y desde la humildad os digo que todo es por algo, mi forma de vivir volvió a cambiar…
Una vez me comunicaron que estaba bien, que todo había terminado, que estaba curado y que seguiría con los controles rutinarios, me vine abajo, me quede sin energía, todo lo que habíamos aportado para salir, ahora me faltaba…
En este momento un compañero me acerco al Monasterio Budista del Garraf a Sakya Tashi Ling, allí encontré ayuda, El Muy Venerable Lama Riponché, el director espiritual, me equilibro energéticamente desde su Amor incondicional, desde el sentimiento Budista, de amor y compasión, dos sesiones fueron suficientes para darme los ánimos y poder iniciarme en el budismo, en aprender a relajarme a meditar, a darle paz a mi mente, en definitiva a buscar mi energía propia y la que me aportaba el lugar y los compañeros para poder salir…
Seguí me inicie, hice cursos de meditación y de Filosofía, con el Venerable Lama Dorje D., al que me une un sentimiento muy especial, con él aprendi para el que hacer de cada día, tuve el soporte de compañeros y monjas/es de la Comunidad, hice La Toma de Refugio en el Budismo, tan importante en mi nueva vida, y al que todavía pertenezco y practico…
… y así seguí un tiempo, cada vez mejor y viviendo con la ayuda de todo lo que la vida me había aportado, luego otro cambio importante, otro crecimiento en mi espiritualidad…
La vida me llevo a conocer a Carmen, mi maestra en mi nuevo que hacer en la vida, en mi nuevo crecimiento espiritual, me hizo una sanación que yo , y también mi rodilla, que ya no se tuvo que operar , agradecimos…
Empecé asistir a sus reuniones, he conocido a todo un grupo maravilloso de seres que viven, su vida, cada uno de ellos tiene su que hacer, en la ayuda, cada uno de ellos aporta su granito de arena para equilibrar a todos aquellos seres que les puede hacer falta, y estar en la nueva vibración, en este nuevo sentimiento de vivir y en espera de los cambios que ya se están generando y poder vivir en la vibración adecuada…
Recibí la energía y el saber cómo hacer de la Sanación por los Arquetipos de los cuerpos físico, mental y espiritual, desde el eterico…
Ahí empezó la faceta de mi nueva vida, donde estoy, desde la vibración que me encuentro, añadir, ser un canal para ayudar, equilibrar física y emocionalmente, y hacer sanación de cualquier enfermedad desde la ayuda energética y los Arquetipos Sanadores…
En este momento me quedo, en el momento en que me siento feliz y agradecido por la vida que tengo y como la siento… y por estar en el propósito de mi vida, en aquello que quiero hacer, que así lo siento…
Gracias por estar aquí, por estar en mi compañía, gracias por permitirme dirigiros mi palabra y por escucharla desde la humildad…
Desde El Amor, desde el cariño que os tengo… os doy este abrazo que nos une a todos, ser felices y vivir en plenitud, os quiero…
Namaste hermanos
Francisco Javier
Jamyang Samten
Hace aproximadamente doce años, decidí cambiar mi vida, mi forma de vivir, ya me llego la necesidad de pensar que iba hacer con mi vida…
Por necesidad me inicie en unos grupos espirituales de ayuda y allí encontré mi paz, mi nueva forma de vivir, desde la alegría de hacerlo, iban pasando los días y cada uno de ellos era distinto del anterior, mejoraba día a día mi calidad de vida, era tener otra forma de sentir, de hacer… nada había cambiado, pero había cambiado todo, porque yo estaba en otra forma de sentir lo que ocurría, … era otra forma de vivir, desde la aceptación y haciendo cada uno de los días lo que tocaba hacer desde el agradecimiento… yo si estaba cambiando…
Llego un día en el que me di cuenta de todo lo que había hecho el Universo, El Amor Universal ó El Santo Padre, Dios, por mí, como había estado en sus cuidados y de todo lo que había salido en el que hacer de mi vida anterior, supe que estaba vivo para algo, que mi vida tenía un sentido, y que todo había pasado por causalidad, porque así tenía que ser…
Este fue el momento en que me ofrecí, si me ofrecí, me puse en disposición, me arrodille, porque así lo sentí, y me ofrecí a dar todo aquello que había recibido… en la ayuda a los demás, a todo aquel que mi experiencia le pudiera ser necesaria, a todo aquel que tuviera las necesidades que yo tuve en mi día de cambiar, de vivir de otra manera, con otro sentimiento y desde la positividad…
A partir de este momento y en el transcurso del tiempo mi crecimiento en el Amor incondicional fue en aumento, vivía y vivo con mi mano extendida, siempre atento al que hacer de cada día y a quien poder ayudar…
Viviendo de este modo, cuando salgo de mí, de pensar solo en mí, y dedico mi vida a todo aquel que pueda necesitar consuelo o ayuda, mi vida experimenta un cambio mayor… la tranquilidad, la paz, la sensibilidad… en definitiva mi felicidad, la forma de sentirla, cambian. Sin olvidar todos los días por hacer algo en beneficio de ellas, porque la paz, la tranquilidad, mi sensibilidad, mi felicidad no son un regalo, todos los días tengo que hacer aquello que me lleva a esta forma de vivir y sentir…
Pasan los días, el tiempo, y suceden aquellas cosas que mi vida depara para mí, como a todos, y que en definitiva yo genero, lo importante es la forma de vivirlas, las enfermedades que tuve, todas aquellas cosas que pasaron en todas las facetas de mi vida, la emocional, económica, física y la más importante en mi nuevo sentir de mi Alma, en mi espiritualidad que iba creciendo…
Yo siempre decía, en cada una de mis enfermedades, de mis situaciones especiales, “me están parando”… no sé si entendía bien el significado de estas palabras pero así fluían, hasta que llego la más fuerte, según mi criterio, tuve un tratamiento agresivo de radio y quimioterapia y ahí me sucedió algo, la pregunta que imagino muchos de nosotros nos hicimos algún día… sentí “todo aquello que había dejado de hacer en mi vida”... más que lo que había hecho bien o mal, todo lo que no había vivido y de qué forma había vivido…
Sabéis de nuevo, El Amor Universal, mi Dios, mis compañeros del Alma, estuvieron a mi lado, me dieron las fuerzas y la aceptación de saber que me iba a curar, que así lo tenía que desear y que no dejara de hacer nada en mi vida cotidiana de lo que tenía que hacer, la enfermedad, por sí misma, ya me pararía si tenía que hacerlo…
Han transcurrido más de tres años desde que termine el tratamiento y desde la humildad os digo que todo es por algo, mi forma de vivir volvió a cambiar…
Una vez me comunicaron que estaba bien, que todo había terminado, que estaba curado y que seguiría con los controles rutinarios, me vine abajo, me quede sin energía, todo lo que habíamos aportado para salir, ahora me faltaba…
En este momento un compañero me acerco al Monasterio Budista del Garraf a Sakya Tashi Ling, allí encontré ayuda, El Muy Venerable Lama Riponché, el director espiritual, me equilibro energéticamente desde su Amor incondicional, desde el sentimiento Budista, de amor y compasión, dos sesiones fueron suficientes para darme los ánimos y poder iniciarme en el budismo, en aprender a relajarme a meditar, a darle paz a mi mente, en definitiva a buscar mi energía propia y la que me aportaba el lugar y los compañeros para poder salir…
Seguí me inicie, hice cursos de meditación y de Filosofía, con el Venerable Lama Dorje D., al que me une un sentimiento muy especial, con él aprendi para el que hacer de cada día, tuve el soporte de compañeros y monjas/es de la Comunidad, hice La Toma de Refugio en el Budismo, tan importante en mi nueva vida, y al que todavía pertenezco y practico…
… y así seguí un tiempo, cada vez mejor y viviendo con la ayuda de todo lo que la vida me había aportado, luego otro cambio importante, otro crecimiento en mi espiritualidad…
La vida me llevo a conocer a Carmen, mi maestra en mi nuevo que hacer en la vida, en mi nuevo crecimiento espiritual, me hizo una sanación que yo , y también mi rodilla, que ya no se tuvo que operar , agradecimos…
Empecé asistir a sus reuniones, he conocido a todo un grupo maravilloso de seres que viven, su vida, cada uno de ellos tiene su que hacer, en la ayuda, cada uno de ellos aporta su granito de arena para equilibrar a todos aquellos seres que les puede hacer falta, y estar en la nueva vibración, en este nuevo sentimiento de vivir y en espera de los cambios que ya se están generando y poder vivir en la vibración adecuada…
Recibí la energía y el saber cómo hacer de la Sanación por los Arquetipos de los cuerpos físico, mental y espiritual, desde el eterico…
Ahí empezó la faceta de mi nueva vida, donde estoy, desde la vibración que me encuentro, añadir, ser un canal para ayudar, equilibrar física y emocionalmente, y hacer sanación de cualquier enfermedad desde la ayuda energética y los Arquetipos Sanadores…
En este momento me quedo, en el momento en que me siento feliz y agradecido por la vida que tengo y como la siento… y por estar en el propósito de mi vida, en aquello que quiero hacer, que así lo siento…
Gracias por estar aquí, por estar en mi compañía, gracias por permitirme dirigiros mi palabra y por escucharla desde la humildad…
Desde El Amor, desde el cariño que os tengo… os doy este abrazo que nos une a todos, ser felices y vivir en plenitud, os quiero…
Namaste hermanos
Francisco Javier
Jamyang Samten
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