26/6/11

¿Cómo puedo manejar el sentimiento de desesperanza y nulidad?

Viernes Mayo 27, 2011.

Por favor traten de contemplar lo siguiente: sin importar lo que pase, la naturaleza búdica siempre está presente en todos los seres sensibles. Por tanto, no hay nada en ningún ser humano, en nosotros o en alguien más, que esté fundamentalmente mal.

Esto no es solo una creencia ingenua. Piensen acerca de la naturaleza básica de la mente. Es aún más fundamental que la felicidad o el sufrimiento. La consciencia atenta pura es la cualidad más básica del ser: consciencia atenta. ¿Cómo puede ser degradada? Sólo el contenido de la mente, las fabricaciones mentales pueden “ir por mal camino”. De hecho, pueden ir realmente mal. Pero la naturaleza básica de la consciencia permanence inamovible.

Este es un punto crucial. Los eventos mentales son resultado de causas y condiciones innumerables que vienen de la impermanencia en la naturaleza. Por lo tanto, es imposible que estos estén permanentemente mal. Así que la percepción de que somos fundamentalmente “malos” o “equivocados” solo ocurre en tanto continuemos alimentando las cavilaciones que perpetuan un estado mental particular que nos hace pensar que somos “malos”.

¿Cuál es el camino de salida de este estado mental? Tratemos de entender que lo que percibimos como “equivocado” no es una cualidad intrínsica de la mente y como no es algo permanente no hay razón para sentirnos desesperados. Siempre hay una salida de esto.

Necesitas fomentar en tu mente las condiciones que pueden servir como antídotos directos a los estados mentales aflictivos. Sólo por dar algunos ejemplos:

   ■ Meditar incondicionalmente en la compasión por todos los seres que sufren tanto o más que tú.
  
   ■ Viendo la naturaleza vacía de los pensamientos cuando los observas atenta y directamente.

   ■ Trayendo a la mente imágenes mentales muy diferentes de aquello que está disparando tu sufrimiento (por ejemplo, pensar en un lugar apacible y armonioso).

   ■ Mirar hacia un lugar en lo profundo de tu ser o un estado de experiencia que no esté afectado por el sufrimiento y tratar de descansar en él.

Sobre todo, nunca perdamos la confianza de que siempre hay el potencial de cambio dentro de nosotros y que usualmente subestimamos enormemente el poder de transformación de la mente. La mente puede ser nuestra peor enemigo o nuestro mejor amigo.


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