Dilgo Yangsi Khyentse Rinpoche ofrece los símbolos del cuerpo, la mente y el habla iluminados a Rabjam Rinpoche |
Viernes Abril 15, 2011.
Rajgir es el lugar donde el Buda enseñó la Perfección de la Sabiduría Trascendental (Prajna Paramita) en el Pico del Buitre, dieciseis años después de su iluminación, a una asamblea de 5,000 monjes, monjas y laicos así como innumerables bodisatvas. A esta enseñanza se le conoce como la segunda puesta en movimiento de la Rueda del Darma y se enfoca en el entendimiento del significado del “vacío”, sunyata, que es la naturaleza última de los fenómenos.
Cuando el budismo declara que el vacío es la naturaleza última de los objetos, quiere decir que los objetos que vemos a nuestro alrededor, los fenómenos de nuestro mundo carecen de existencia permanente autónoma. Pero el vacío no corresponde a una no-existencia. Si no se puede hablar de una existencia real tampoco se puede hablar de la no-existencia. El Tratado Fundamental de la Perfección de la Sabiduría dice: “Se dice que aquellos que fijan su atención en el vacío se vuelven incurables”. ¿Por qué incurables? Aunque la creencia en la existencia real de los fenómenos se disipa a través de la meditación en el vacío, si nos apegamos al vacío en sí, convirtiéndolo en el objeto de nuestra creencia, caemos en el nihilismo.
El mismo texto continua: “Consecuentemente los sabios no se rigen por el Ser o el No-Ser.” De acuerdo al Budismo, aprender a entender la irrealidad esencial de las cosas es una parte integral del camino espiritual. Conocimiento de nuestro espíritu y conocimiento del mundo son mutuamente iluminadores y nos otorgan poder. La meta última de ambos es el disipar el sufrimiento.
Rajgir es también el lugar donde Sariputra y Maudgalyayana, los dos discípulos principales del Buda, adoptaron el budismo y donde el Buda domesticó a un elefante salvaje. El Rey Ajatasatru era dueño de un feroz elefante; el primo celoso del Buda, Devadatta, al enterarse que el Buda visitaría la ciudad, arregló que el elefante escapara. A medida que el Buda se acercaba a la ciudad, Devadatta se dirigió a la terraza del palacio para observar la muerte del Buda pero cuando el elefante se avalanzó sobre de él, el Iluminado domesticó al elefante con unas cuantas palabras y la feroz bestia se arrodilló ante él.
En Rajgir, el Rey Bimbisara ofreció una arboleda de bambú en el parque de Veluvana a los seguidores del Buda. El sitio era ideal para una orden monástica: no estaba muy cerca de la ciudad, era un lugar tranquilo donde corrían suaves vientos y tenía agua fresca. Por tanto, era el lugar idóneo para la práctica de meditación y fue aquí donde Shakyamuni pasó su primer retiro durante la temporada de lluvias después de su iluminación. Más tarde en su vida, el Buda regresaría durante la temporada de lluvias a hacer retiros.
El viaje final de la vida del Buda, que terminó con su mahaparanirvana en Kushinagar, comenzó en Rajgir.
Poco tiempo después, el Primer Consejo Superior – una asamblea de 500 monjes presidida por el gran discípulo y heredero espiritual del Buda, Mahakashyapa – se reunieron gracias al patrocinio del Rey Ajatasatru en la Cueva de Shrataparna cerca del parque de Veluvana y compilaron de memoria todas las enseñanzas del Buda. Es por esto que todos los sutras (los sermones del Buda) comienzan con la frase “Así escuché en algun lugar en alguna ocasión … “. Se dice que Ananda, el sobrino del Buda que lo acompañó a lo largo de su vida y escuchó innumerables enseñanzas, no estaba invitado a la reunión porque no se había convertido aún en arhat ya que pasaba todo su tiempo sirviendo al Buda y no había podido comprometerse a una práctica espiritual constante. Pero Ananda se sentó a practicar meditación unipuntial durante la noche anterior al consejo y gracias al gran merito que había acumulado por servir al Buda tan fielmente, para el amanecer, había alcanzado el estado de arhat y pudo participar en el consejo.
Plegarias en el Pico del Buitre. |
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