Miércoles 7 de Marzo, 2012.
En Julio del 2011, la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas acerca de “La Felicidad: una aproximación holística al desarrollo”, introducida por el Reino de Bután fue adoptada de manera unánime y aplaudida calurosamente por los 193 estados miembros. En la reunión de este 2 de abril habrá un debate en el que participaré y que se llevará a cabo en las oficinas generales de las Naciones Unidas en Nueva York auspiciado por el Primer Ministro de Bután, S.E. Jigmi Thinley, para discutir la implementación de esta resolución.
En vista de esta reunión, el Primer Ministro de Bután ha emitido una declaración inspiradora acerca de la manera de cómo Bután ha concebido su capital nacional y de cómo lo están contabilizando. Presento aquí algunos extractos de su declaración donde resalta el hecho que la Felicidad Nacional Bruta (FNB) es de mayor relevancia que el Producto Interno Bruto (PIB).
“Durante estos tiempos de devastación ambiental y destrucción cultural a nivel mundial, aunado a la creciente banca rota y colapso de nuestro orden económico global el mundo necesita, desesperadamente, una alternativa a la obsesión materialista consumista que ha causado tantos estragos. Si podemos demostrar la viabilidad práctica de una serie trabajable de cuentas de la FNB (no el PIB) que grafiquen un camino sano y balanceado hacia adelante, esa será una de las contribuciones más grandes que nuestro pequeño país pueda ofrecer al mundo.
Consideremos nuestra realidad actual: la manera como el mundo entero lleva sus cuentas a nivel nacional están basadas en el sistema oficial global, el Sistema de Cuentas Nacionales, que es aceptado por las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y por todos los gobiernos del mundo. Es la razón por la cual el PIB es comparable a nivel global, desde Londres a Addis Ababa, de Beijing a Buenos Aires.
Es difícil eso de hacer olas, pero debemos hacer olas ya que el sistema universalmente aceptado está basado en las premisas insostenibles que han llevado a los gobiernos a adoptar algunas de las políticas más desconcertantes, confusas y destructivas imaginables. Y debemos desafiarlas si realmente queremos trazar un camino de FNB sano y balanceado hacia el futuro, para nosotros y para el mundo.
La creencia más convencional y casi universal, es el hecho de que a mayor crecimiento económico, de acuerdo a las mediciones del PIB, mejor estamos y más prósperos somos. Pero consideren esto: dado el hecho que el PIB sólo valora las transacciones del mercado monetario y cuenta de manera errónea y engañosa la depleción y degradación de nuestros recursos naturales como si fueran crecimiento económico.
Si derribáramos todos los bosques en Bután, el PIB crecería de manera exponencial ya que el PIB sólo mide el valor de la madera una vez que los bosques fueron talados y vendidos en el mercado. El PIB no toma en cuenta todos los recursos que se dejan atrás por lo que ignoran en su totalidad el valor de nuestros bosques.
Sin embargo, como todos sabemos y como nuestra constitución sabiamente lo reconoce por medio de la promesa de que nuestro país permanezca cubierto bajo el manto de los bosques, éstos actualmente son de inmenso valor: protegen la fauna, la flora, los mantos acuíferos, la tierra y los lugares sagrados a la vez que procesan el óxido de carbono del medio ambiente, aminoran los peligros de avalanchas y muchas cosas más. Ya que estos valores son invisibles para el PIB, no es de extrañar que el mundo haya acumulado una enorme deuda ecológica que no aparece en las cuentas nacionales de ningún país.
El llevar las cuentas de esta manera, como se hace a nivel mundial actualmente, es como el dueño de la fábrica que vende su maquinaria y semillas y lo contabiliza como ganancia aún y cuando no tenga nada que producir el año siguiente. Y sin embargo, esa es la manera como opera el mundo, aún en Bután llevamos de esa manera las cuentas nacionales. ¡Que absurdo y ridículo!
Hay tantos ejemplos de estos absurdos…. A mayor cantidad de quema de combustibles fósiles y de emisión de gases de invernadero mayor incremento del PIB por lo cual y de acuerdo al dogma convencional económico: esto implica mejoría. El costo real del cambio climático permanece invisible. De esta manera y como aprendimos a la mala al observar el derrame de petróleo en el Golfo de México el costo real del petróleo nunca se ha reflejado en las gasolineras, principalmente porque nuestros sistemas de contabilidad actuales basados en el PIB ignora los costos y beneficios ecológicos. Tristemente es irónico que los desastres naturales y humanos son los que hacen que el PIB se incremente simplemente por el dinero que se gasta en los costos de reparar y limpiar."
Continuará …