Permitir que la mente se apacigüe
mientras permanecemos en un estado meditativo de quietud, libre de multitud de
pensamientos se le conoce como shamata o calma sostenida. Reconocer la
naturaleza vacía de la mente mientras mantenemos este estado de calma se le llama
vipashyana o profunda introspección. El unir el shamata y el vipashyana es la
esencia de la práctica meditativa.
Se dice:
Observa la mente,
no hay nada que ver.
Al no ver nada, vemos el Dharma,
la fuente de todos los budas.
Kyabje Dilgo Khyentse Rinpoche
Foto: Matthieu Ricard
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