Galileo descubrió los anillos de Saturno después de que desarrolló un telescopio que era lo suficientemente brillante, potente y que estaba colocado sobre una base estable. Su descubrimiento no hubiera sido posible si su instrumento hubiera sido inadecuado o si lo hubiera sostenido con una mano temblorosa. De manera similar, si queremos observar los mecanismos más sutiles de nuestro funcionamiento mental y tener una influencia sobre ellos tenemos que, de manera absoluta, refinar nuestros poderes de observación hacia el interior. En orden de poder lograr esto, nuestra atención tiene que estar altamente refinada de tal manera que se pueda volver estable y clara. Podremos entonces, ser capaces de observar como funciona la mente y como percibe al mundo y seremos capaces de entender la manera como los pensamientos se multiplican por asociación. Finalmente, seremos capaces de continuar refinando la percepción de la mente hasta que lleguemos al punto donde seamos capaces de ver el estado más fundamental de la consciencia: un estado perfectamente lúcido y despierto que está siempre presente aún en la ausencia de la cadena ordinaria de pensamientos.
De la edición de Septiembre 2010 de Shambhala Sun “Como Meditar”.
Extractos tomados del libro “El Arte de la Meditación” de Matthieu Ricard, publicado por Ediciones Urano © 2009.
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