1/9/10

El Amanecer del Alma

El siguiente texto pertenece al libro "EL ALMA, la belleza de lo intangible". de Helena Galiana, Ed. Tikal .




Ser conscientes de nuestra parte más existencial, descubrir y sentir nuestro ser, conocer la realidad más allá del acontecer ordinario, desarrollar nuestra alma. Desplazar el mundo externo y otorgar a éste un papel más secundario. Utilizar el razonamiento como herramienta de experimentación y trabajo en nuestro proceso evolutivo, consiguiendo así una incesante transformación de nuestro ser o alma.
El amanecer del alma representa el despertar de nuestra conciencia, nuestro yo permite que surja de nuestro interior lo que nos da vida, la razón de ser de toda nuestra existencia. Cuando la persona permite que su alma aflore, todo el ser en conjunto sufre múltiples cambios. El sentido de la vida varía completamente recuperando nuevos valores y sentimientos. La persona acrecienta sus sentidos y capta bajo otra visión focal todo cuanto le rodea. Las cosas materiales y las personas emiten su ser. El hombre despierto capta en todo su entorno la magia y el poder...
El alma despierta de un ser hace que la persona tenga una visión de todo y de todos muy diferente de cuando tenía su alma acallada. El alma del ser humano normalmente se encuentra en un estado de aletargamiento, estando por ello sus capacidades menguadas. En el mismo instante en que el alma despierta para el hombre, pasa a ser el alma la que rige la persona en conjunto...
 Cuando un alma se encuentra despierta, las personas del entorno captan su emisión. Los seres despiertos muestran otro talante, emanan cierta paz y tranquilidad, que no hay que confundir con aceptación. Son seres que se mueven en la vida sin herir, su claridad en el hablar, la lucidez y sencillez en sus palabras, reflejan su transparencia de espíritu. Son seres cuya sabiduría emana de su interior y no de la asimilación por acumulación de datos exteriores...
Un alma despierta capta estas situaciones de forma más intensa que una persona, digamos, adormecida. El ser despierto, por dicha razón, escoge cuidadosamente su entorno y sus relaciones.

El alma es la brisa que mueve toda la existencia
El alma es el ser de nuestra divinidad.
El alma es la transparencia de lo real.
El alma es el motor de todo lo existente.

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